Si nunca has meditado, aquí te comparto una serie de pasos que te ayudarán a iniciarte en la práctica:
1 – Encuentra un lugar tranquilo y cómodo donde puedas sentarte sin interrupciones. Puedes sentarte en una silla o en un cojín de meditación en el suelo.
2 – Ajusta tu postura de manera que puedas estar cómodo y alerta durante la meditación. Asegúrate de que tu espalda esté recta y tus hombros relajados.
3 – Cierra los ojos y centra tu atención en tu respiración. Puedes contar tus respiraciones o simplemente prestar atención a la sensación de la respiración entrando y saliendo de tu cuerpo.
4 – Si te distraes (lo cual es totalmente normal), simplemente reconoce la distracción y vuelve a centrar tu atención en tu respiración. No te juzgues ni te culpes por las distracciones, simplemente reconócelas y vuelve a centrar tu atención.
5 – Inicia con una meditación corta, como 5 o 10 minutos, y a medida que te sientas más cómodo con la práctica, puedes aumentar el tiempo de meditación poco a poco.
Es importante recordar que la meditación es una práctica y que requiere tiempo y dedicación para desarrollarla. No es necesario tener la mente en blanco durante la meditación; simplemente se trata de reconocer las distracciones y volver a centrar la atención una y otra vez. Con la práctica, la mente se volverá más tranquila y más capaz de mantener la atención en el presente.
Es importante que cuando te sientes a meditar, lo hagas sin ninguna expectativa ni idea preconcebida de lo que va a suceder, simplemente acepta y ábrete a lo que sea que ocurra.
Te recomiendo que seas paciente y amable contigo mismo. Puede que a veces sientas ganas de levantarte y abandonar la práctica, pero te animo a que perseveres y mantengas la constancia. Aún cuando no te parezca, estarás beneficiándote con esta sencilla pero poderosa práctica.
Aquí puedes encontrar una sesión de práctica guiada:
https://www.youtube.com/watch?v=oeXs3VrzhWA
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