Enfoque Integrador
En función de mi recorrido integro enfoques que se complementan: Psicoterapia Gestalt y Transpersonal, intervenciones basadas en Mindfulness y prácticas contemplativas, y distintas perspectivas para el abordaje del trauma psicológico como EMDR, intervenciones somáticas y neurociencias.
Perspectiva Humanista y Transpersonal
Contempla al ser humano de forma integral, además de ocuparse de lo disfuncional, busca potenciar aquellos aspectos sanos de la persona. Pone énfasis en el autoconocimiento, la realización personal y la expansión de la conciencia.
Nos enfocamos en la experiencia aquí y ahora, apoyando a la persona para que pueda desarrollar su capacidad de darse cuenta de lo que le sucede, así como descubrir y desarrollar recursos para enfrentar sus desafíos actuales, en el marco de una relación terapéutica auténtica y empática, promoviendo su autonomía, alcanzando una mayor plenitud y sentido en su vida.
Perspectiva Informada en Trauma
Implica considerar el impacto que el trauma puede tener en el desarrollo neurobiológico, psicológico y social de una persona, afectando su capacidad de afrontar la vida y resultando en diferentes sintomatologías.
Priorizamos la creación de un entorno seguro y un acompañamiento compasivo, la orientación para que la persona pueda comprender los efectos del trauma en su vida, el desarrollo de estrategias y recursos que promuevan la regulación del sistema nervioso, la prevención de la retraumatización y la promoción de la resiliencia.
Mi forma de acompañar
Me interesa ver a la persona que tengo delante de forma integral, no solo a partir de ciertas circunstancias o síntomas. Intento generar un vínculo lo más humano y cercano posible, siempre conservando el carácter profesional del mismo.
Me enfoco en proveer un ambiente seguro, orientar y brindar apoyo para que el/la paciente pueda identificar y acceder a sus propios recursos. Intento no dirigirlo/a y evito realizar interpretaciones y juicios de valor.
Uno de los puntos clave que busco promover es la conexión con el momento presente y la conciencia sobre los elementos que componen la experiencia: pensamientos, emociones y sensaciones corporales. Puede entonces que proponga situaciones experimentales que ayuden a la persona a darse cuenta de lo que le sucede y generar nuevas posibilidades.
La relación que construimos entre paciente y terapeuta es de gran importancia, no solo porque puede reflejar formas en las que la persona interactúa con su entorno, sino porque en la relación existe el potencial de generar algo diferente y luego poder integrarlo a la vida más allá de la terapia.
El diálogo es una pieza clave pero no la única, variando entre una interacción fluida, explorando e intercambiando, y espacios de silencio que dan lugar a la dimensión contemplativa, permitiendo el contacto con las vivencias del momento y la conexión con la escucha interna y la intuición.
El cuerpo también ocupa un lugar privilegiado, ya que en él pueden emerger y percibirse distintas sensaciones, a la vez que puede ser un medio para generar efectos a nivel emocional o mental, a partir de hallazgos de las neurociencias y enfoques somáticos. Puede que trabajemos entonces con ciertas posturas, prácticas de respiración y/o movimiento que tienen un gran potencial terapéutico, muchas veces superior a cualquier intercambio verbal.
¿Qué podrás conseguir en un proceso?
– Estar más presente y atento/a, dándote cuenta de lo que sucede en el momento.
– Reducir el malestar, al reconocer tus posibilidades y recursos para responder de una forma novedosa ante aquello que te resulta desafiante o genera conflicto, en lugar de seguir repitiendo patrones obsoletos.
– Reducir el estrés y gestionar mejor tus emociones, desactivando el «piloto automático», dejando de reaccionar impulsivamente.
– Aprender a escuchar a tu cuerpo y practicar el autocuidado, mejorando tu salud mental, emocional y física.
– Ser más empático/a, comprensivo/a y compasivo/a contigo y con los demás.
– Mejorar las relaciones con las personas de tu entorno.
– Disfrutar más de las cosas cotidianas de la vida.
– Potenciar lo que te nutre y te genera bienestar, sintiéndote más realizado/a.
– Desarrollar una mirada más amplia y encontrarle sentido a tu vida.
¿A quién está dirigido este acompañamiento?
A personas jóvenes y adultas que:
– experimentan depresión, ansiedad, ataques de pánico, fobias, miedos, comportamientos compulsivos, trastornos alimentarios
– atraviesan duelos y pérdidas
– atraviesan momentos de crisis (laboral, pareja, existencial) o se sienten atascadas
– buscan gestionar sus emociones y reducir el estrés
– buscan comenzar un proceso de autoconocimiento y desarrollo personal
¿Cómo se desarrolla el proceso terapéutico?
En sesiones individuales con una frecuencia semanal o cada dos semanas. Además, para quienes estén afines, comparto prácticas guiadas o técnicas específicas, así como distintos materiales que sirven como recursos para potenciar el proceso.
Las sesiones pueden ser presenciales en Punta Carretas, Montevideo o a distancia a través de videollamada. Puedes conocer más sobre la opción a distancia aquí.
¿Cuál es la duración de un proceso?
La duración del proceso dependerá de los temas que el consultante quiera abordar y su recorrido vital, la frecuencia de los encuentros y su compromiso/disposición.
Si deseas agendar una cita puedes completar el siguiente formulario o escribirme por whatsapp